En el plano sanitario todos deseamos que la vacunación alcance velocidad de crucero, que llegue rápidamente a los más vulnerables
Si al acabar el año solemos hacer balance, al pasar dos días, empezado el año nuevo, nos hacemos propósitos y formulamos deseos para el año nuevo.
Además de los consabidos y clásicos propósitos de dejar de fumar, ir al gimnasio, leer más, aprender idiomas e incluso discutir menos con los cuñados, este extraño 2021 que empieza nos abre un futuro incierto que inmediatamente llenamos de propósitos y deseos más generales, que habitualmente no solemos hacer.
En lo puramente material, todos andamos deseando que esta crisis sanitaria dure lo mínimo posible, y que las consecuencias sociales y económicas no ahonden en más desigualdad, más sufrimiento, más pobreza y más incertidumbre. Para ello confiamos en la recuperación progresiva de la actividad económica y la entrada en funcionamiento de los fondos del Plan de Recuperación Europeo.
En el plano sanitario todos deseamos que la vacunación alcance velocidad de crucero, que llegue rápidamente a los más vulnerables, y que finalmente podamos estar todos a salvo en un plazo razonable. Deseamos con todas nuestras ganas no contar por centenas, ni por decenas siquiera, los fallecidos a causa de la pandemia; y deseamos ver cómo se recuperan nuestros conocidos, amigos y seres queridos enfermos de Covid19.
Pero este año, más que nunca, cobran protagonismo los deseos en el terreno de los afectos. Deseamos relacionarnos en los comercios, restaurantes y administraciones sin pantallas, sin gritar a dos metros, sin ocultar nuestros gestos tras una mascarilla. Deseamos reunirnos con nuestros compañeros de trabajo, poder darnos la mano, cerrar un acuerdo, compartir unas galletas, o dejarnos las tijeras sin miedo.
Deseamos jugar con nuestros sobrinos, con los hijos de nuestros amigos, rodar juntos por el suelo, saltar, correr, empujar… sin miedo al contagio. Deseamos poder comer con toda la familia, distendidos, relajados, recuperar tertulias perdidas, tardes interminables.
Pero sin duda, si hay algo que todos deseamos más que nunca, es ver a nuestros familiares vulnerables, enfermos, padres, abuelos… abrazarlos, reunirnos en el calor del hogar, besarlos, sentir su calor, su tacto… en definitiva, devolverles a quienes más han sufrido, los abrazos perdidos.
Feliz 2021.
La Lupa | ‘Deseos para el año nuevo’, por @mrossemp | El eurodiputado murciano del @PSOE_RM coge, por primera vez en este 2021, #LaLupa de #metrópolisdaily.https://t.co/LLmEXHhlbw
— Metrópolis FM Región de Murcia (@MetropolisFM_) January 4, 2021