Apareció una foto con el agua verde del Mar Menor, y ahora todos a correr. Cada uno corre para su lado, y lamentablemente casi todos corren para que no les pille el toro de la responsabilidad, por si acaso.
Pero pocos o muy pocos corren para poner una solución.
El primer paso para poner una solución, es saber cuál es el problema, y ahí tenemos un problema.
Para la mayoría de los actores de las últimas semanas, el único problema del Mar Menor, es el turismo.
Son aquellos que hablan de arruinar la temporada turística, de garantizar la calidad del baño, de mantener los ingresos económicos… y demás suerte de frases que hemos visto, acompañadas de fotos a pie de agua, con vaqueros remangados… Y para todos ellos, el Mar Menor no es más que un recurso económico.
Ese es el gran problema.
Necesitamos una clase política que empiece a ver nuestros recursos naturales, como lo que verdaderamente son: recursos naturales.
Las grandes fuentes de ingresos turísticos lo son porque primero son recursos naturales, y seguirán siendo recursos económicos, en tanto que sigan siendo recursos naturales.
Por eso lo que toca ahora, no es salvar el turismo, señores.
Lo que toca es salvar el Mar Menor. Salvarlo como ecosistema y como recurso natural. Pensar y planificar cuál es su equilibrio, qué capacidad tiene de soportar la presencia humana con sus usos y actividades, y proteger su naturaleza.
Una vez que consigamos estabilizar ese recurso, seguro que seguirá proporcionando turistas. Pero por favor, no empecemos como siempre, la casa por el tejado.