Al margen de la refriega política estéril de cada año en torno al desfile, este año nos sentimos especialmente orgullosos de los miles de sanitarios que trabajan duro para que la pandemia no pueda con nosotros

 

 

Ayer celebramos nuestra Fiesta Nacional de España, una festividad que conmemoramos cada 12 de octubre. Fue en 1987 cuando nuestro parlamento, entonces de mayoría absoluta socialista, aprobó la ley por la que se celebraría esta Fiesta Nacional, que ya era práctica habitual en otros países.

“Una fiesta para conmemorar nuestra historia colectiva, nuestro patrimonio cultural, histórico, social común, así como para afirmar nuestra identidad estatal y la singularidad nacional de nuestro pueblo.” Así reza la exposición de motivos de aquella ley, y así lo venimos haciendo desde entonces, durante 34 años.

Al margen de la refriega política estéril de cada año en torno al desfile, a las fuerzas armadas, al uso partidista de nuestra bandera común o los clásicos y deleznables abucheos que profieren las tres derechas solo cuando gobierna el PSOE, los españoles tenemos mucho en común de lo que estar orgullosos, y mucho para conmemorar juntos.

Este año nos sentimos especialmente orgullosos de los miles de sanitarios que trabajan duro para que la pandemia no pueda con nosotros; orgullosos de los miles de empleados de servicios esenciales que durante el confinamiento nos garantizaron alimentos y suministros; orgullosos de españoles que han sido solidarios estos meses con los que menos tienen o atraviesan dificultades; orgullosos del escudo social que ha protegido a los trabajadores de quedarse sin empleo y ha ayudado a los sectores más afectados; orgullosos de nuestros creadores culturales que nos dieron cultura y ocio gratis durante el confinamiento y ahora se esfuerzan en que disfrutemos de una cultura segura; orgullosos de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad que velan por nosotros, siempre dispuestos; orgullosos de nuestro ejército y la Operación Balmis, de nuestra UME y sus 14 años salvando vidas en catástrofes; orgullosos de nuestras ONG que atienden a los cientos de inmigrantes que llegan exhaustos a nuestras costas, para que no mueran en el intento; orgullosos de haber liderado como país las negociaciones para reforzar el proyecto europeo de salida de esta crisis y haber conseguido el Plan de Recuperación Europeo.

Orgullosos, en definitiva, de ser españoles, y de la diversidad que nos define.