PSOE CHAMBERÍ | Suplemento Cultural Nº 11, pág nº 4

La pandemia de la Covid19 nos ha puesto a prueba a todos como ciudadanos, a nuestra sociedad, a nuestras instituciones locales, autonómicas y estatales, y también a la Unión Europea.

El proyecto europeo ha ido avanzando en el proceso de integración económica, cohesión política y soberanía compartida desde que hace ahora 70 años, y tras la Segunda Guerra Mundial, Robert Schuman iniciase el proceso con su famosa declaración. Desde entonces hasta ahora, tras cada crisis económica, política o incluso militar, la respuesta de este proyecto ha sido avanzar, crecer y consolidarse.

Pero esta tendencia se rompió en la crisis de 2008 en que se reaccionó tarde y mal. Casi cuatro años se tardó en encontrar un mecanismo común para la crisis que estuvo a punto de acabar con la pertenencia al euro y a la UE de países como Grecia, Irlanda, España, Italia o Portugal.Todo ello unido a unos recortes sociales inasumibles para unos ciudadanos que se distanciaron emocionalmente del proyecto de unión política, pues Bruselas aparecía como culpable.

Llegados a este punto, y con la pandemia entrando en el corazón de la envejecida Europa, la Unión sabía que este era un momento decisivo: o salir nuevamente reforzados y fortalecidos, o dar por perdida la batalla y comenzar un proceso de desapego, desafección y desunión sin retorno.

La respuesta ha sido clara, contundente y esperanzadora: la Unión Europea no está dispuesta a dejar a ningún ciudadano atrás en esta crisis, y mira hacia el futuro.

Con el liderazgo innegable del gobierno de Pedro Sánchez, España encabezó la reivindicación del grupo de países más afectados por la pandemia, que apostaron fuerte desde el principio por un Plan Europeo de Recuperación”, al que el propio Sánchez denominó un “nuevo Plan Marshall” para la Unión Europea.

En el Parlamento Europeo se ha fraguado también una mayoría de consenso en torno a este “Plan Marshall”, donde la labor del grupo parlamentario de los Socialistas y Demócratas (S&D), liderados por nuestra querida Iratxe García, ha sido clave en todas las negociaciones para conseguir que, desde el pleno del mes de marzo, el Parlamento haya instado, hasta en 4 veces por amplísima mayoría, a la Comisión y al Consejo a presentar un “Plan de Recuperación”.

La Comisión asumió el encargo en mayo y presentó un ambicioso plan de 750.000 millones de euros, para ser negociado en el siguiente Consejo Europeo.

Finalmente, el Consejo más largo de la historia, tras casi 5 días de negociaciones, aprobó este histórico plan que, junto al presupuesto de la Unión Europea para los próximos 7 años, sumará casi 1,8 billones de euros, que han de servir para garantizar una recuperación basada en la transición ecológica, la transformación digital y la cohesión social: se trata, en definitiva, de poner el presupuesto de la Unión al servicio de los ciudadanos europeos, y que todos nos sintamos amparados.

Los españoles dispondremos de más de 140.000 millones de euros de este nuevo fondo, para que todos podamos salir de esta situación. Un dinero que gestionará el Estado, pero también las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos deben plantear sus proyectos para acceder a la financiación.

El dinero de este plan debe emplearse en los sectores que más han sufrido, y debe orientarse hacia los tres pilares de la política europea para esta legislatura: la transición ecológica que nos permita progresar frenando el cambio climático, la modernización digital que nos permita ser cada vez más competitivos y la cohesión social que garantice una igualdad de oportunidades entre los ciudadanos de la Unión.

La pandemia nos ha golpeado duro, y seguirá en los próximos meses hasta tener una vacuna efectiva, pero la Unión Europea gana en protección y en proyecto político: por primera vez en la historia, como elemento supranacional, emitiremos deuda conjunta y crearemos nuevas fuentes de ingresos europeos, sin depender de las aportaciones de cada Estado miembro.

Y también España sale fortalecida en el conjunto de la Unión. Con un gobierno visible, activo en las negociaciones y liderando al conjunto de países que apostaban por este plan, España vuelve, como siempre de la mano de un gobierno socialista, al corazón de la política europea.

El reto que teníamos por delante era mayúsculo y, por lo tanto, era la hora de Europa. La Unión Europea sale más fuerte, más unida y con más futuro y, sobre todo, con un futuro más social.

Marcos Ros Sempere
Diputado al Parlamento Europeo
Grupo de la Alianza de Socialistas y Demócratas – S&D
PSRM – PSOE