Dicen que en los días lluviosos, cuando la luz del sol se atenúa, es cuando mejor se aprecian los colores, con toda su viveza y matices.
Hablar de morado en Murcia, puede llevarnos la mirada a los campos de lavanda del noroeste, a las berenjenas de la Huerta de Murcia, o quizás a las túnicas de la mañana de Viernes Santo.
Tela morada era la que se confeccionaba una mañana de 1911 en la fábrica Triangle de Nueva York, cuando un incendio se llevó por delante la vida de 146 mujeres.
Moradas están nuestras calles esta semana, reclamando este próximo viernes, con toda la fuerza del mundo, que cese ya esta lacra insoportable de violencia contra las mujeres.
De todas las formas de violencia, la que se ejerce por el mero hecho de la posición dominante hacia el más débil, en este caso, la mujer, es la más miserable y execrable de todas, y debe merecer el rechazo social de cada uno de nosotros.
No vale con saber que un gobierno, socialista, aprobó una ley integral contra la violencia de género, no; no vale con saber que desde entonces hay juzgados, policía especializada, y hasta un 016 que no deja huellas, no.
Todo eso no vale, llevamos dos años de repunte en los crímenes, porque para algunos es un tema menor y no dedican sus esfuerzos de gobierno, y ni cinco segundos en sus discursos.
Y porque para otros miles de ciudadanos, es más cómodo mirar para otro lado y hacer como que no se ve, y después ponerse colorados de la vergüenza.
Así que este próximo viernes, ponte morado, y evitaremos ponernos colorados.