El pasado fin de semana asistí al Congreso Electoral del Partido de los Socialistas Europeos (PES-PSE), en el que se aprobó el Manifiesto Común de los 33 partidos socialdemócratas que componen el PES para las próximas elecciones europeas del 26 de mayo, así como la proclamación de Frans Timmermans como candidato común del PES a la presidencia de la Comisión Europea.
Un congreso en el que se comprueba la existencia de un sentimiento común, un pensamiento común, un objetivo común. Vislumbramos la Europa de los valores, de la tolerancia y el respeto. Una Europa verde, sostenible, y solidaria, -a su vez que libre y justa-, donde el trabajo digno se pague con salarios dignos. Una Europa donde las mujeres no sólo no pueden dar un paso atrás, si no donde darán dos pasos hacia adelante.
En definitiva, una Europa basada en un nuevo contrato social, -como recordó el primer ministro portugués António Costa-, que no se fundamente en el miedo sino en la esperanza. Europa necesita integración, compromiso, juventud y progreso. Las elecciones del 23 al 26 de mayo son cruciales y, por eso, estamos dispuestos a decidir con más valentía que nunca.