El culebrón del aeropuerto de Corvera tiene visos de ser serpiente de verano, invierno y durar unos cuantos años más. Vamos escuchando, día sí, día también, que se abre enseguida, que un año más, que otra vez en un par de meses, que ahora toca esperar… en una suerte de desenfreno de noticias, que se hacen más insoportables y falsas, cuanto más se acercan las elecciones autonómicas.
No entraré ahora, por lo kafkiano de la situación, en si el aeropuerto de Corvera era necesario en la Región o no lo era; o en si su uso es compatible o no con el de San Javier; o en las razones por las que el entonces Ministro Trillo (PP), decidió contratar en 2002 la ampliación del edificio Terminal de San Javier y una segunda pista, mientras que el Presidente Valcárcel (también PP) apostaba por el nuevo aeropuerto de Corvera. Seguramente entraríamos en uno de los capítulos más lamentables de la lucha política (dentro de un mismo partido) y, por qué no decirlo, del provincianismo más provinciano.
Dando por hecho que existe un aeropuerto terminado, listo para el uso, y que los murcianos podemos ver gracias a Google Earth (no podremos acercarnos mucho más por carretera), es de suponer que algún día aterrizarán y despegarán aviones de su pista y, presumiblemente, alguno de esos aviones llevará pasajeros, locales o foráneos, en viaje de placer o de negocios. Digo “algún día” porque tras dos años acabados, y a vueltas con el culebrón… quizás termine siendo una pista de baile.
Volviendo a los pasajeros, hace años que vengo preguntándome: “y cuando aterrice ¿qué?”
La respuesta es la de siempre en esta Región: nada. O llamar a un familiar o taxi a que te recoja. Esa es la triste realidad.
Todo empezó en 2001 cuando se redactó el Plan Director y se constituyó la Sociedad Aeropuertos de Murcia, y me pregunto: ¿en catorce años no ha habido tiempo de planificar infraestructuras de conexión por transporte público a los principales núcleos de la Región?
Cualquiera que haya viajado en avión, sabrá que lo habitual al llegar al aeropuerto de destino, es buscar el metro, el tren, o las líneas de autobús que parten desde el aeropuerto a los principales destinos de la zona. Cualquier aeropuerto de destino, menos el de San Javier, y por lo que se ve, igual sucederá en Corvera.
No hay previsión de una línea de cercanías que enlace el aeropuerto con Lorca, Murcia y Cartagena; o un desvío en el futuro AVE, con parada en el aeropuerto; o una línea directa de lanzadera desde Murcia. Nada previsto, y nada ejecutado. Los murcianos tendremos que conformarnos, en el mejor de los casos, con una línea de autobuses (siempre que los gremios taxistas no presionen tanto para impedirlo).
En el peor de los casos, como es habitual, dependeremos de nuestro coche (caro e insostenible), o tendremos que molestar a algún familiar o amigo que nos pueda llevar.
Porque cuando alguien venga a visitarnos, por placer o trabajo, nos preguntará: “Y cuando aterrice ¿qué?… Catorce años después, seguiremos sin saber contestarle.